The Runaways se formó en 1975 en Hollywood, California por la baterista Sandy West y la ritmica-guitarrista de Joan Jett, junto con el productor Kim Fowley. West y Jett se interesaron en la formación de una banda de rock joven, y por separado, presentó la idea a Fowley, quien presentó a las dos y se convirtió en el manager del grupo. Las dos chicas adolescentes se convirtió en una pieza de cinco, coronada con la cantante Cherie Currie. La banda disfrutó de un rápido ascenso a la fama, junto con una caída aún más rápida.
Más de 30 años más tarde, aunque quizá no haya un nombre familiar (salvo por Jett), The Runaways sigue siendo un capítulo en la historia de Rock & Roll que no puede pasarse por alto.
La Directora Floria Sigismondi, junto con un elenco que incluye a la ex niña-Dakota Fanning y la actriz estrella de Twilight Kristen Stewart, trae la historia de la banda icono de a la pantalla - intenta combinar la narración de la película con la capacidad de los disturbios que inducen la pasión de punk-rock.
Tanto Kristen Stewart y Dakota Fanning entregan resultados sólidos como Joan Jett y Cherie Currie, respectivamente, pero es la primera que demuestra ser la actriz más competente. Sobre el papel, The Runaways es más la historia de Currie, pero - tal vez adecuadamente, teniendo en cuenta su destino final – La Joan Jett de Kristen Stewart se roba el show.
Al frente Currie- y su condición de mujer provoca un distanciamiento entre los miembros de la banda, lo que llevó a cabo caminar en una sesión de grabación, y debe ser el momento de Fanning para brillar. La joven actriz promulga su temperamento-rabieta más que suficiente, pero es Stewart (como Jett) que sale a la defensa de su amiga y que atrae al espectador y produce el núcleo emocional de la escena. El resto de la película está llena de escenarios similares; Currie incita a la acción, pero Jett inyecta corazón.
Un papel de apoyo por Michael Shannon está entre los destacados de la película. El nominado al Oscar es impecable, como Kim Fowley. Baña la pantalla de sordidez palpable; su personaje no ocultaba el hecho de que The Runaways ve más como un medio de venta de sexo que la música. Shannon infunde humor en cada línea que ofrece, creando así un personaje que es, al mismo tiempo lamentablemente, inexplicablemente agradable.
Cuando se trata de realmente contar la historia de la banda, The Runaways es algo un lío desarticulado. El Rock & Roll nunca es absolutamente claro, por lo que Sigismondi merece algún crédito por su compromiso con el estilo. Su película es rápida y valiente, al igual que la música de la que se trata – y su tonalidad, que funciona de maravilla. Sin embargo, cuando la sensibilidad de punk-rock inhibe la comprensión de la película, hay un problema.
Grandes actuaciones, y lo único que podemos asumir es una historia fascinante, no puede salvar a The Runaways de su falta de estructura narrativa. Cuando se pasa más tiempo tratando de descifrar la trama que realmente disfrutarla, la película está en fase terminal dañada. Hay mucho que, como aquí, pero no esta sólo demasiado mal en esta película para darle un pase.
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